un laboratorio sin ventanas de la Universidad de Galway, Irlanda, hay un acuario donde habita un extraño ser con una habilidad muy singular.
Esta criatura vive encaramada en pequeños palos parecidos a una piruleta, y está formada por una serie de conchas recubiertas con una especie de "pelo viviente".
La colonia de pequeños animales marinos -conocidos como "pelos de caracol"- fue recogida de las conchas de cangrejos ermitaños en Irlanda, y está emparentada con las medusas, los corales y las anémonas de mar.
Pequeños como la pestaña de un bebé, se les conoce como Hydractinia, y de cerca parecen un árbol con pie, tronco y una cabeza de tentáculos para capturar deliciosos detritos.
También poseen un superpoder: cuando un pez muerde una de estas cabezas de tentáculos, esta se regenera en sólo una semana.
Es esta característica la que atrajo la atención de Uri Frank y sus colegas del Instituto de Medicina Regenerativa de Galway.
Él y un cada vez mayor número de investigadores asegura que la regeneración de tejidos que se ve en la Hydractinia podría ser una antigua capacidad que poseían todos los animales, incluidos los humanos, y que tan solo está latente.
Pero, ¿cómo es que este "pelo de caracol" se autoregenera? ¿Podría contener la clave de la regeneración de tejidos en humanos?
Muchos animales, como las estrellas de mar o las salamandras, pueden regenerar partes de su cuerpo. Pero el caso de la Hydractinia es diferente, y no solo por lo extremo de su naturaleza.