Más de 30 millones de argentinos van a las urnas para renovar la mitad de la Cámara de Diputados y un tercio del Senado. También se votan cargos provinciales. El oficialismo llega golpeado, luego de perder las primarias en los principales distritos del país y con la presidente Cristina Kirchner fuera de escena por sus problemas de salud. Los referentes de la oposición buscan posicionarse para la nueva etapa política que se abrirá en la Argentina a partir de diciembre de 2015.
Los comicios para elegir cargos legislativos nacionales, provinciales y municipales se iniciaron a las 8 con total normalidad, aunque, como es habitual, hubo demoras puntuales en la conformación de las autoridades de mesa.
En este marco, el Frente para la Victoria enfrenta hoy la elección más difícil desde que llegó al poder en 2003. Luego de sufrir un duro revés en los distritos más grandes del país en las primarias del 11 de agosto, pone en juego gran parte de las bancas que le permitieron gobernar los últimos años con el respaldo casi absoluto del Congreso.
En la Cámara de Diputados, arriesga los escaños obtenidos en las elecciones nacionales de 2009, cuando Néstor Kirchner perdió como cabeza de lista la disputa en la provincia de Buenos Aires frente a Francisco de Narváez. Ese día, el kirchnerismo registró su peor performance electoral desde su arribo a la Casa Rosada; sin embargo, los bloques opositores no fueron eficaces para unirse y convertir en leyes los votos que habían obtenido en las urnas.
Los senadores que ponen en juego su banca asumieron en 2007, de la mano de la primera victoria de Cristina Kirchner como candidata a presidente con más del 45% de los votos a nivel nacional. Una proyección optimista de lo que pasará hoy presagia que el oficialismo deberá convivir con algunos inconvenientes para lograr el quórum y la aprobación de las leyes que envíe el Poder Ejecutivo.
Más allá de la conformación del Congreso, el principal interrogante que comenzará a definir la Argentina esta tarde es cómo se organizará la transición política previa al fin de ciclo del 2015. Sin posibilidad de re-re y con la ausencia de herederos naturales, el peronismo juega una suerte de primera interna rumbo a las presidenciales que marcarán el inicio de un nuevo ciclo político en la Argentina.
La "madre de las batallas" se desarrolla en la provincia de Buenos Aires. El intendente de Tigre, Sergio Massa, apuesta a lograr una victoria contundente que lo ubique en la carrera hacia la Casa Rosada. El nombre de su principal contendiente no está en ninguna boleta, pero sí en algunos afiches de campaña. Se trata de Daniel Scioli, quien luego de desestimar la chance de un acuerdo con el tigrense adquirió un impensado protagonismo como cara visible del modelo "nacional y popular". El gobernador de la provincia de Buenos Aires sabe que buena suerte de sus chances de 2015 están asociadas a los resultados que salgan esta noche del Correo Nacional.
Otros presidenciables que esta noche comenzarán a perfilar sus candidaturas son Mauricio Macri –aspira a que sus postulantes ganen cómodamente la Ciudad–, José Manuel de la Sota y Hermes Binner, quien sí será candidato a diputado nacional en la provincia de Santa Fe. Elisa Carrió busca una resurrección política luego de su pobrísima performance del 2011. Y los gobernadores kirchneristas Jorge Capitanich (Chaco), Gerardo Zamora (Santiago del Estero) y Sergio Urribarri (Entre Ríos) juegan su propia interna para ver quién puede servirle la victoria local más contundente a la presidente Cristina Kirchner.
Por primera vez en varios años, la izquierda llega a las urnas con la posibilidad concreta de sumar bancas en la Cámara de Diputados en distintos distritos, entre ellos la Ciudad de Buenos Aires, donde compiten Jorge Altamira (FIT) y Luis Zamora (Autodeterminación y Libertad). También se esperan buenas performances del Partido Obrero en Santa Cruz y en Salta.
Operativo El Ministerio de Defensa informó que 91.671 efectivos están comprendidos en el operativo de seguridad de las elecciones, entre los que se incluye personal de las Fuerzas Armadas, las fuerzas de Seguridad y las policías provinciales. Estos efectivos se distribuyeron entre los 24 distritos electorales, donde hay 13.209 locales de votación y se tienen que custodiar 90.696 mesas y urnas.
Sumados a esta cantidad de efectivos, también están a disposición 5.000 vehículos terrestres, ocho helicópteros, dos aviones y siete embarcaciones. Para un mayor control, se utilizan equipos de comunicaciones e informática del Ejército.
Además, se destinaron 80 mulas del Ejército y de Gendarmería, ya que son el único medio de transporte que puede llegar a los lugares de votación de difícil acceso. Dentro del operativo, también está contemplada la seguridad necesaria para el sufragio en 243 unidades penitenciarias del país.
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